En El Salvador las niñas, niños y adolescentes encuentran numerosos obstáculos durante su proceso educativo, todos causados por factores fuera de su control. El fracaso escolar, la consiguiente deserción y el poco involucramiento familiar son algunos de los fenómenos que frustran esta faceta del desarrollo integral.
La actual pandemia de la COVID-19 agravó esta realidad al reducir el alcance y calidad de la educación disponible. Sin herramientas tecnológicas de apoyo suficientes, familias en condiciones socioeconómicas ya impactadas por la migración y la violencia se encuentran en la dificultad de motivar a estudiantes cuya experiencia de aprendizaje no es tomada en cuenta por las medidas vigentes.
El impacto de esta problemática es aún desconocido, pero los pronósticos no resultan favorables: para los próximos años se anticipan déficits notables de aprendizaje en áreas claves como lectoescritura, matemáticas y convivencia.
En atención a este nuevo panorama, nuestro eje programático educativo está enfocado en brindar oportunidades a la niñez y adolescencia para su desarrollo educativo y continuidad escolar.
Para ello ofrecemos procesos que fortalecen habilidades básicas (con especial énfasis en la lectoescritura), un entorno promotor tanto de la convivencia entre pares como el desarrollo de habilidades socioemocionales, el fortalecimiento en habilidades parentales y formación a docentes en diversos temas.